Durante el proceso de fusión nació también el famoso emblema de la marca: la estrella de tres puntas con la inscripción "Mercedes-Benz". Un emblema que estrenará un nuevo domicilio el 19 de mayo de 2006. En esa fecha, exactamente 80 años después de la fusión de las dos empresas matrices, abrirá sus puertas el nuevo Museo Mercedes-Benz.
A comienzos de verano del año 1926 se fusionaron las dos fábricas de automóviles más tradicionales de Alemania. De la Daimler-Motoren-Gesellschaft (DMG) y la Benz & Cie. nació la Daimler-Benz AG.
El proyecto conjuga una muestra única en el mundo con una arquitectura espectacular. El complejo se sitúa bien visible sobre un promontorio de unos seis metros de altura en las inmediaciones de la fábrica central de DaimlerChrysler en Stuttgart-Untertürkheim. El futurista edificio mide 47,50 metros de altura y cuenta con nueve pisos. En el interior se encuentra una hélice doble formada por dos espirales entrelazadas.
En los 16.500 metros cuadrados del Museo se expondrán un total de 175 objetos: 95 turismos, 40 vehículos de competición y ostentadores de records mundiales, así como 40 vehículos industriales. Mercedes-Benz es el único fabricante que exhibe camiones, furgonetas y autobuses en un museo. Los vehículos industriales constituyen un aspecto esencial en la historia de la empresa y de la marca. Al mismo tiempo, el museo será un centro de atracción para los cada vez más numerosos aficionados a los vehículos industriales de época.
Helmut Hoffmann, un restaurador de Oberhausen, es bien conocido en este mundo. Junto con sus colaboradores está acondicionando siete vehículos para el nuevo Museo Mercedes-Benz. Hoffmann forma parte de la presidencia de la Agrupación de Vehículos Industriales Veteranos (NVG), una comunidad que cuenta ya con 700 socios. Si alguien solicita ayuda, busca motores o cambios especiales o precisa una culata del año 1954, hace bien en dirigirse a Hoffmann. Es bastante probable que disponga de la pieza buscada en su almacén. Por otro lado, busca continuamente recambios originales, fotos antiguas, catálogos de venta, manuales para el taller y objetos similares. "Si resulta necesario fundir o elaborar aparte demasiados componentes durante la restauración se disparan los costes", nos confía el mecánico de 58 años. Además, uno de sus lemas es: "cuanto más original, mejor." Por eso no es sorprendente que DaimlerChrysler se dirigiera entre otras personas también a Hoffmann a la hora de restaurar con gran calidad los antiguos vehículos industriales para el nuevo Museo.
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